ACTUALIZADO EL 6 DE NOVIEMBRE DE 2020
La Voz de Navarra. Programa La Jota. Serafín Ramírez Gamén presenta al gran jotero de Allo (Navarra) Jesús Garraza Larrainzar.
Jesús Garraza Larrainzar nace
en Allo en 1925. Sus padres, Martín y Francisca,tuvieron cuatro hijos: Julián,
Gumer, Jesús y Elvira. Es pues el tercero de una familia numerosa de aquellos
tiempos. Conocidos como “los Negrillos” han vivido siempre en la casa de la
Era. Esta casa, llamada así por haberse construido en una era lindante con el
pueblo, era entonces la última por el suroeste, en la carretera de Sesma,
enfrente de la extinta Bodega. El padre, Martín Garraza, había comprado la era
y allí habían construido la casa familiar en los años 40. Las eras en aquellos
años tenían mucho valor y más si estaban cercanas al pueblo porque servían para
muchas cosas pero fundamentalmente para trillar y aventar el cereal. El hecho
de construir una casa era un tanto insólito, de ahí que le quedase el apellido
“de la era”. En esta casa aislada y espaciosa ha vivido desde su construcción y
en esta casa está viviendo su vejez. Aquí uno puede cantar sin molestar a los
vecinos (aunque nunca una jota de Garraza molestará a nadie) y ya se encargará
el viento de esparcirla sin estorbos estremeciendo los árboles y los campos
cercanos.
Jesús físicamente es un hombre fuerte, cara ancha, nariz achatada y profundos
ojos negros. Aunque su parecido físico está más ligado a su madre podemos decir
que es un “Negrillo” como su sobrino Martín Garraza. El apodo lo deben al padre
y abuelo Martín. La razón no está clara, posiblemente porque tenía el tono de
la tez oscuro. Así se ponen los apodos o motes.
Su afición a la jota nace escuchando a Raimundo Lanas en unas fiestas del
pueblo cuando tenía 7 años. Lo había traído la cuadrilla de su padre y cantó en
el bar cantina que José Saralegui tenía en la casa que posteriormente sería de
Ezequiel del Portillo. Raimundo Lanas era bastante joven, tenía 24 años y
aunque un niño de 7 años no distingue edades ni tiempos, sí absorbe sensaciones
y emociones. Y eso le pasó a Jesús, quedó impactado y él también quiso cantar
jotas. Hoy se acuerda de aquel momento como “si sería ahora”. Se supone que
empezaría a cantar con su voz de niño y haría mucha gracia a sus padres. Su
afición continuó y su voz adobada y madurada durante la adolescencia se
convirtió en un vozarrón, en un chorro de voz.
A diferencia de Raimundo Lanas que murió a los 31 años y tuvo una carrera
internacional, Jesús para nuestro disfrute tiene ya 89 años y ha permanecido en
Allo apegado a su casa, a su familia, a sus amigos y a su pueblo. También
recorrió España cantando. Su madre (¡ay las madres! ¡qué no harán por sus
hijos!) lo envió a Bilbao de joven, cuando tenía alrededor de 20 años, para que
le educasen la voz y potenciasen sus cualidades pero Jesús tenía nostalgia y
añoraba a su familia, añoraba el aire fresco y limpio de los campos de Allo y
añoraba sus amigos. Nada que ver con las brumas grisáceas de Bilbao. Su pasión
era cantar jotas, podía hacerlo sin necesidad de alejarse de su entorno y seres
queridos… y sin tener que abandonar los placeres de la juventud por una
disciplina y vida ordenada en aras de una carrera artística. Y se volvió. Quizá
si hubiese sido hoy en que nuestros horizontes se amplían a través de la
pantalla de TV y existe un hambre de éxito, hubiese accedido a conseguirlo.
Quizá.
Un punto de inflexión para Jesús Garraza como jotero fue su participación en el
“Grupo folclórico Municipal de Estella” conocido como “Baile de la Era”, por
ser este baile uno de sus repertorios principales. Había sido fundado en 1945
por Francisco Beruete, secretario del Ayuntamiento de Estella . Beruete tuvo la
amplia visión de aprovechar y aglutinar el talento de gente de la merindad y
tanto Miguel Montoya como Jesús Garraza formaron parte de este grupo que bajo
su batuta recorrió España: Bilbao, San Sebastián, Santander, Zaragoza, Madrid,
Barcelona, Ceuta, Andalucía… Jesús cantó y cantó a gusto. Se sintió un jotero
navarro y sentiría emocionado los aplausos recibidos. No era para menos, su voz
timbrada y potente entusiasmaba. Es la potencia y el registro de su voz lo que
más llama la atención, lo que la hace distinta, aquello que no se aprende,
aquello que te viene en los genes. Dicen los entendidos que podría haber
cantado el género que hubiese querido.
Fue por esos años
cuando el orgullo de madre le empujó a ir a Bilbao para ser algo más que
labrador. Pero Jesús prefirió ser labrador, vivir en Allo, cantar para él, para
su familia, para sus amigos, para sus convecinos y cantar para todos
participando en cuantos concursos o festivales tenía ocasión o le reclamaban.
En el escrito sobre el HURACÁN publicamos una redacción de escuela de los años
cuarenta sobre una Velada Teatral a favor del equipo de fútbol. Allí, el joven
redactor, ya apunta que en las Comedias cantaba “el gran jotero Jesús Garraza”.
En los años 50, en plena y fecunda juventud, cada actuación se convierte en
éxito. Se prodiga en encuentros dedicados a la jota como el concurso que tuvo lugar en el Teatro Gayarre de Pamplona acompañado
por la rondalla de los Amigos del Arte, que tanto hicieron por la jota
navarra. Con anterioridad en 1949, junto con otros joteros, había participado
en el homenaje póstumo que se hizo a Raimundo Lanas con ocasión del traslado de
sus restos mortales a su pueblo, Murillo del Fruto. Si el “Ruiseñor navarro”
despertó su amor a la jota, seguro que en su despedida la voz de Jesús le
agradeció emocionado aquel día que en las fiestas de Allo le oyó por primera
vez siendo un niño.
También en esos años 50 años graba tres discos para la casa Columbia de San
Sebastián. Le acompañan la rondalla Santamaría y los gaiteros de Estella. Son
únicos por su valor y únicos por haberse grabado alguna jota con acompañamiento
de gaiteros, cosa extraña y como menos curiosa. Normalmente las jotas se
acompañan con guitarras, bandurrias y acordeón, puede ser todo junto o con
distintas composiciones: guitarra y bandurria, guitarra y acordeón… lo de jotas
con gaitas sólo lo ha hecho Jesús. Quizá sea una síntesis de la tierra:
gaiteros de Estella y vozarrón de Allo.
En la grabación de los discos fue apoyado y estimulado por otro Jesús, Jesús
Fortún, también amante del canto. Fortun, hombre afectuoso, le llamaba
“pariente”. El parentesco le venía de la madre de su padre y de la madre de
Gloria Abete, mujer de Fortun. Parentesco que éste hizo suyo y lo enriqueció
con su amistad. El Diputado lo llevó tres años a la inauguración de la Feria
del Campo de Madrid. Dos Jesuses en Madrid, dos orgullosos navarros unidos por
la jota, ¿cantaría la jota “Montejurra”?. Montejurraaaaa es orgullo de
Navarraaa….. Está claro de qué zona era su autor. Pues su autor era de Allo:
Santos Rebolé. Rebolé le hizo la letra y él puso la tonada. No sería la única.
Y sin saber música… pero sí la esencia de la jota navarra. Valeriano Ordoñez, cura de Torres del Río, le llevó a Javier
para que cantase. Le escribió la jota “Javierada” y él le pone la
música. La cantó en Javier y su voz sobrepasó las torres del castillo y retumbó
por la explanada.
Hasta casi los 40 años estuvo cantando con el grupo de “La Era” de Estella a
cambio de disfrute y de una gran satisfacción personal. Y siguió cantando…Antes
se cantaba mucho. Las mujeres cantaban cuando hacían los quihaceres, los
hombres cuando iban o volvían del campo o en plena faena…Y Jesús cantaba más
todavía porque al que le gusta cantar le sale en cualquier ocasión. Cantaba
cuando labraba y cantaba cuando acarriaba. Y le recuerdan cantando al coger
olivas. Me dicen: “como antesmás se cogían a mano y era mucho entretenido, a
Jesús le oíamos cantar… pues ya… siempre estaba cantando”.
Bastante joven se quedó sordo sobre todo de un oído. Una faena, pero ya
terminaron acomodándose las guitarras a sus empieces y terminaciones. Y además
como Beethoven, el músico sordo, la pasión va por dentro.
En 1984 en el salón Oscus de Pamplona tiene lugar el “I Concurso de la Jota de
los Veteranos”. Intervienen doce joteros, entre ellos el nuestro. Lleno total y
público entregado. Primer premio y ganador: JESÚS GARRAZA, de ALLO. Tenía casi
60 años.
El formato más habitual y común de la jota consta de cuatro versos de los
cuales se repiten tres para llegar a un total de siete en este orden:
a,b,a,c,d,d,b
Ejemplo:
Cuando la jota se oye
a Al que es navarro de pronto le hace despertar
b cuando la jota se oye de noche en la calle.
a Al que es navarro de pronto le hace despertar
c porque la jota ha sido y será siempre brava
d la más valiente, navarra y hermosa y leal
d La más valiente, navarra y hermosa y leal
b cuando la jota se oye de noche en la calle
Los temas y palabras de sus jotas nos lo retratan: Navarra, campo, labradores,
mulas, carro, carretera, plantar, Montejurra, Pamplona, Javierada, amores
imposibles ( “Soñé que la nieve ardía…”) y posibles ( “Navarrica y de mi
pueblo…”)…
Caso especial es el Gurugú. Ya en sí esta palabra de fonemas tan repetidos hace
gracia. Hoy sale en los telediarios y ya sabemos que el Gurugú es un monte que
domina la ciudad de Melilla donde hoy se refugian muchos futuros inmigrantes
africanos a la espera de serlo en España. En este monte hay un par de ruinas de
fuertes españoles porque fue escenario en los años 20 del siglo pasado de
encarnizadas luchas entre los españoles y marroquíes cuando España intentaba
dominar el norte de Marruecos según acuerdos internacionales. En este monte un
navarro fiel canta una jota que retumba como un cañón, hace llorar a los moros
y a una bella mora la deja prácticamente henchida de amor. Así se hace: ¡¡¡Más
jotas y menos cañones!!! Pues esta jota la cantó en el barco que en compañía
del grupo de “La era” de Estella les llevaba a Ceuta en una de las giras para
llevar el folclore navarro por los rincones de España. El escenario no podía
ser más apropiado. El Mediterráneo se quedaría mudo al oírlo.
Yo creo que los profanos creemos que para cantar una jota hay que hacerlo con
la boca bien abierta, echando un poco la cabeza para atrás y hasta ponerse un
poco jaque. Me parece que no es sólo cuestión de boca y postura porque cuando
hay que hacer que la a, la e, la o… suba, baje, vuelva a subir, haga redobles y
se alargue imperturbable y eterna… y sin respirar… ahí ya nos echamos para atrás
porque esas cosas sólo las puede hacer Garraza, el Negrillo. Ante él nos
quitamos el sombrero. Floriar la jota le llaman a ese subir y bajar y una de
las que más había que floriar es “Te he de plantar una parra…. en la puerta de
la iglesia para que cuando vayas a misa no te dé el sol en la cara….”. Una de
las jotas que más garra tiene, que se tiene que subir más, según dice nuestro
jotero.
Muchos en Allo han tenido buena voz y han cantado jotas pero ninguno como
Garraza. Su voz hacía callar y ponía los pelos de punta y eso se puede
comprobar en las grabaciones que ponemos al final de este escrito, a pesar de
sus deficiencias técnicas. Que no es lo mismo que oírlo en directo, pero fueron
hechas cuando tenía 25 años en plenitud de sus cualidades.
Alguno de los que acompañaba a Garraza cantando por los bares era mi tío Julian
Larrainzar “ el Pelaire”. Son primos carnales y es posible que los Larrainzar
aportasen algo genético para cantar jotas. Aunque quizá en Jesús se juntaron
también los genes de los Garraza porque también era primo carnal de Sagol y de
“Gordito” cuyo hijo, el escultor Ángel Garraza , también era gran cantador de
jotas e incluso participó en concursos. Y mi amigo Martín Garraza, su sobrino,
también se arrancaba con éxito y el cuerpo templado. Hoy ya no se canta en los
bares. Sólo alguna vez Gonzalo Larrainzar, también de la familia. Los jóvenes
ya no tienen necesidad, ya cantan por ellos, a veces tan alto y fuerte que no
permiten ni hablar.
Para mí la jota cantada por excelencia es la jota navarra. En mi boda se
estableció un duelo joteril entre mi tío Julian y otro tío jotero aragonés de
la otra parte. Valiosos ambos, pero a mí las jotas navarras me resuenan más,
salen como de más adentro y si las oyes lejos de su medio natural ponen la
carne de gallina. Pecando de subjetividad, el duelo lo ganó mi tío.
A Jesús le definen como persona noble, llana y natural. Ha trabajado siempre en
el campo y ha merendado con sus amigos. Ha ido a las fiestas de los pueblos y
no ha faltado nunca a San Fermín. Todos estos escenarios han sido los
receptores y el eco de sus jotas.
En San Fermines se le formaban corros alrededor para oírle cantar. No se hacía
de rogar. Era lo suyo. Lo mismo en las fiestas de los pueblos de alrededor. Ya
se sabe que en las fiestas se le pone a uno cuerpo de jota. Él cantaba y ronda
pagada.
Ha merendado con mucha gente: con César (su cuñado), con Primo (del que también
era primo), con Pitillas, Campanal, Tomás “el Picadura”, mi tío Julián. Pero
también con Jesús Goicoechea, con José Mayor, con Antonio Lacarra…Todos los
fines de semana hacían merienda que se la comían en el bar, se supone que bien
regada y a veces cantada. Hoy en día todavía suele almorzar en fiestas con
gente más joven que él y hasta hace un par de años aún se echaba alguna jota.
Hoy se lamenta que ya no le sale la voz como antes, que serán las pastillas
para la tensión que le agarrotan la garganta. Serán.
Le gusta lo tradicional: los toros, el fútbol y la pelota. Incluso hoy no se
pierde ningún partido televisado y sufrirá con el Osasuna.
Y aunque seguro que más de una suspiró por sus huesos, por su voz y por sus
ojos, se ha quedado soltero. Eso sí, no le ha faltado nunca quien le prepare el
pantalón y camisa blanca con el pañuelico rojo. Y reproducimos esta jota que
alguna vez estaría dedicada a “alguna”:
Navarrica y de mi pueblo:
Con qué te lavas la cara
navarrica y de mi pueblo
¡Qué linda eres! ,¡qué guapa estás!
Con qué te lavas la cara
que perfumas los caminos
¡qué linda eres! ¡qué guapa estás!
con la esencia de tu cara
¡Qué linda eres! , ¡qué guapa estás!
navarrica y de mi pueblo
¿Y con qué se lavaban la cara? Con agua de la Fuente, con agua de canales o con
agua de la Balsa. Y más guapas que un sol.
Y como el que tuvo retuvo y guardó para la vejez, aún hoy intenta entonar
con las limitaciones que la edad impone, pero cuando le hablas de la jota le
brillan los ojos y se emociona. Ha gozado mucho cantando y se sabe todas las
letras. Y aunque conserva una cabeza magnífica, siempre habrá cosas que no se
olviden… sobre todo si se han vivido con pasión.
Este escrito se ha hecho con la colaboración fundamental de Mª Felisa
Goicoechea Garraza, su sobrina. Nos envió la grabación que viene a continuación
para que desde la Página la difundiésemos si nos parecía oportuno. Ocasión
perfecta para dedicarle esta biografía que por suerte la ha podido leer con
gusto y enriquecer con sus recuerdos.
La grabación pertenece a un programa on line dedicado a la jota y dirigido por
Serafín Rodriguez siguiendo la estela de la antigua “Voz de Navarra”. Que
sirvan sus jotas de disfrute y añoranza para los que ya tenemos unos cuantos
años y que sirvan para que los jóvenes lo conozcan y no lo olviden.
Las jotas que oiremos son las siguientes:
Cuando la jota se oye
Cuando los veo labrar
Clavelina noble
He de plantar una parra
El Gurugú
Las cadenas de Navarra
El más lindo querer
Navarrica y de mi pueblo ( de Allo)
Soñé que la nieve ardía
La Javierada
Montejurra
Cojo la vara y mi carro
Si me llevan que me lleven
Fuente: Allonavarra.com