Corazón de que te quejas - Ana Belén Pérez - Laura Lacunza
Laura Lacunza - Ana Belén Pérez
He de plantar una parra desde tu puerta a la iglesia he de plantar una parra para cuando vas a misa no te de el sol en la cara no te de el sol en la cara desde tu puerta a la iglesia
Son pocos son pocos son pocos para mi madre cuatro ver, cuatro ver, cuatro versos de mi jota son pocos, son pocos, son pocos para mi madre y ella to y ella to y ella todo me dió a mi y todo y todo y todo me dió de balde y todo y todo y todo me dió de balde cuatro ver, cuatro ver, cuatro versos de mi jota
Nació el 16 de Julio de 1944,
en el número 1 de la Calle San Francisco.
Sus padres: Justo Bueno
Tundidor, natural de Medinaceli, y Leandra Medina Carín, natural de Santa María
de Huerta; castellanos ambos, se encuentran en la capital pamplonesa por
cuestiones laborales, puesto que Justo que es Sargento de la Guardia Civil se encuentra
allí trasladado.
Pudiera parecer un capricho
del destino que habiendo nacido en Navarra y descendiendo de padres castellanos
esa niña tuviese que llamarse Pilar, más aún cuando conocemos el
estrecho vínculo que acabaría teniendo más tarde con Aragón y su dedicación en
cuerpo y alma a la Jota. Lo cierto es que el hecho de que fuese bautizada con
el nombre de Pilar se debe a otra circunstancia. Justo y Leandra habían tenido
una niña fruto del primer embarazo de Leandra que falleció 4 meses después de
su nacimiento. Tras esta niña la familia se vio aumentada con 2 varones y
cuando Leandra quedó embarazada por cuarta vez se desplazó hasta Zaragoza para
prometerle a la Virgen que si el fruto de su vientre era una niña habría de
llamarla Pilar. No sólo le concedió la Virgen su deseo a Leandra, sino que
quiso dotar a la niña de una hermosa voz que le llevaría a ser un destacadísimo
valor para nuestra Jota Cantada.
Tras tres años de permanencia
en Pamplona y uno más en Valcarlos, Pilarín llegaría a los 4 años de edad con
sus padres a Zaragoza, de donde ya nunca más se marcharía. En Zaragoza, como
nos dice Don Demetrio Galán Bergua “se crió, se educó, se hizo mujer, se
enamoró de la jota, la aprendió a cantar y se compenetró con el carácter y con
el ambiente aragonés convirtiéndose en una esplendorosa baturra”.
La infancia de Pilarín habría
de transcurrir en el barrio del Arrabal, en el cuartel de la Calle Jesús donde
vivía con su familia, y en las aulas del Colegio Altabás. Precisamente en este
Colegio es donde se produce su primer contacto con la Jota. Allí es donde se
cruza en su camino la menor de la saga “Zapata”, Angelita, quien le imparte sus
primeras lecciones de baile y quien percibe en la pequeña Pilarín unas
condiciones artísticas excepcionales. Pero como cuenta la propia Pilarín, sólo
bailó una vez en público en un fin de curso. Al parecer, el destino quiso jugar
sus cartas de nuevo, para orientar el futuro de Pilarín en el canto y no en el
baile de la Jota.
La adolescencia de Pilarín
transcurre entre sus estudios de Bachillerato Elemental en el Instituto Miguel
Servet y sus deseos por involucrarse en la música y el arte. Esta motivación
por el canto le lleva a presentarse a un programa de Radio Juventud titulado
“plataforma de estrellas” un día del mes de diciembre de 1959. En ese momento
se cruza de nuevo en su destino jotero Angelita Zapata, quien la reconoce y la
localiza para aconsejar a los padres de una jovencísima Pilarín que la lleven a
recibir clases de canto de un gran maestro de nuestra Jota: D. José Esteso.
Mientras tanto Pilarín se impregnaba del canto de José Oto, Encarnita Rodríguez
y Josefina Ibáñez; figuras destacadas en el momento y auténticos referentes
joteros para Pilarín.
Así el aprendizaje de Pilarín
se inició en Mayo de 1960 y cuando aún no había cumplido los 16 años, en Julio,
su maestro ya la presentaba en Radio Teruel como una gran promesa del canto.
Efectivamente no se equivocó y en octubre de 1960, recién cumplidos los 16
años, Pilar Bueno concurre por primera vez a un Certamen Oficial de Jota que
habría de otorgar los premios por votación pública y logra el Primer Premio con
más de 200 votos de diferencia con la segunda premiada.
Con las enseñanzas únicas e
irrepetibles del maestro Esteso, Pilarín aprende todo cuanto sabe de la Jota:
la técnica, la forma de cantar y de interpretar, de amar y sentir la jota, de
transmitir y llegar al público. Pilarín encontraría en José Esteso y su esposa,
la gran cantadora,Pilar Abad unos segundos padres.
Tras la consecución de este
importante premio en el Certamen Oficial de Jota llegarían actuaciones en los
mejores teatros de España, colaboraciones con los más importantes grupos de
Jota del momento y grabaciones con importantes sellos discográficos. Así hasta
que en 1962 tiene que retirarse de la Jota temporalmente por el fallecimiento
de su padre, quien había disfrutado y se había ilusionado con el
canto de su hija. Y pese al dolor de tan gran pérdida, la llamada de la Jota
provocó que se reincorporase a la misma con renovado brío.
En 1964 conquista el Premio
Extraordinario en el Certamen Oficial de Jota y en el mismo año el Primer
Premio del Certamen de Jota Navarra de Los Amigos del Arte, celebrado en el
Teatro Gayarre de Pamplona. En Septiembre de 1966 obtiene el 1º Premio en
Alagón y en el año 1967 obtiene primeros premios en: Alagón como solista y en
la modalidad de dúos con Mariano Forns, Premio Pilar Gascón, Épila y Cenicero.
En 1971 consigue el Campeonato de Aragón en el Certamen Oficial y le es
concedida la Medalla de Santa Isabel de Portugal por parte de la
Diputación Provincial de Zaragoza. Y, en 1980 se alza con el Primer Premio de
Profesionales del Certamen Demetrio Galán Bergua en su primera edición,
celebrada el 29 de Junio en el Teatro Argensola de Zaragoza.
La carrera artística de
Pilarín permanece estrechamente ligada, por más de 40 años, al grupo “Alma de
Aragón” dirigido por Mariano Cebollero. Aunque también ha realizado
colaboraciones con el grupo “Santa Cecilia” de Educación y Descanso de Huesca,
con “Raza Aragonesa” de Isabel Zapata y con “Los Amigos del Arte” de Marcelo
Catalán. Todo esto propició que Pilar tuviese la oportunidad de cantar ante
personalidades como los entonces Príncipes de Asturias y más tarde
Reyes de España: Don Juan Carlos I y Doña Sofía. Pilar, asimismo, tuvo la
oportunidad de viajar por toda la geografía Española de Norte a Sur, e incluso
llevar la jota más allá de nuestras fronteras hasta Francia, Italia o Alemania.
Durante varios años Pilarín
actuó a diario en el restaurante El Cachirulo, de Zaragoza. Destacaban en su
repertorio jotas de mucho sentimiento. Pilarín no esconde su predilección por
este tipo de coplas, puesto que como ella misma afirma siempre le ha
gustado mucho cantarle al amor y nunca ha dejado de hacerlo. Buena prueba de
ello son las jotas que hay recogidas en sus distintos trabajos discográficos.
Pilarín cuenta con una amplia y excepcional obra discográfica en solitario y
junto a otros relevantes joteros: Carmelo Betoré, Mariano Arregui, José Iranzo
o Mariano Forns; que son un excelente testimonio de su bien timbrada voz y su
predilección por la jota brava y tradicional. Entre sus grabaciones encontramos
jotas aragonesas y navarras, dúos y pasodobles.
La misma Pilarín nos apunta,
“creo que la jota no hay que gritarla, hay que decirla; se dice, se siente y
tienes que transmitirla a la persona que te está escuchando". Y ese buen
hacer se ha plasmado en cada una de sus grabaciones y de sus actuaciones. En
una de sus obras Don Fernando Solsona se refiere a Pilarín destacando que “su
bella voz y figura y su delicadeza y sentimiento en varios estilos lograron
excelentes creaciones y centenares de admiradores”
Actualmente Pilarín dirige el
grupo que fundó en 2006: Alma Jotera. Este mismo grupo promovió un acto de
homenaje a su persona por sus 50 años en el mundo de la jota. Este
acontecimiento celebrado el 23 de mayo de 2010 en la Sala Mozart de
la capital aragonesa, reunió a las voces más importantes del momento.
Coincidiendo con este homenaje se editó un doble CD titulado “50 años, 50
jotas” que es un recopilatorio de los temas más importantes en su trayectoria.
Tras casi 55 años de
actividad jotera, que sólo ha interrumpido temporalmente tras el fallecimiento
de su padre y el nacimiento de su hijo, Pilarín define a la jota y a su familia
como ejes vertebradores de su vida. Y si recuerda con emoción a su
padre, con la misma emoción nombra a sus dos nietos Daniel y Lara
que son hoy por hoy su alegría y su mayor fuente de satisfacciones junto a la
Jota.